Más de 3.000 personas disfrutan de la pinacoteca y una multitudinaria cola ocupa toda la calle Compañía.
Una media de dos horas de espera fue la tónica para todos los visitantes que decidieron visitar el Museo Carmen Thyssen Málaga en el día de su estreno-cuya entrada era gratuita hasta el día siguiente–. La calle Compañía fue durante toda la jornada un hervidero de gente, que aguardaba cola con ilusión por ver la extraordinaria colección que la baronesa ha traído a nuestra ciudad.
Todos salían por las puertas de la tienda del museo con una sonrisa, a la vez que fascinados con la pinacoteca y la magnífica arquitectura del restaurado palacio de Villalón, un área clave de la arquitectura renacentista malagueña del siglo XVI, asentada sobre la urbe romana e inserta en la trama musulmana de la ciudad.
María Isabel Palacios, guía del museo, asegura que sí se esperaba «tanta gente». Durante toda la jornada, el palacio de Villalón registró la cifra de 350 visitantes en su interior, su aforo máximo, y recibió en todo el día más de 3.000 visitas.
Muchos de los visitantes coincidían en que volverán al Thyssen de Málaga en los próximos días, coincidiendo con la primera exposición itinerante que ofrecerá el recién estrenado museo a partir del 11 de abril. Se trata de la muestra De Picasso a Tàpies, que ofertará un recorrido por el arte español del siglo XX con cuadros de Pablo Picasso, Isidre Nonell, Joaquim Sunyer o Tàpies, entre otros. Todos ellos pertenecientes a la colección privada de la baronesa.
(Fuente: Página Web, laopiniondemalaga.com)
Colección La Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, prestada gratuitamente al Museo Carmen Thyssen Málaga, presenta un rico conjunto de extraordinaria coherencia, que arranca con una serie de piezas de maestros antiguos, entre los que destaca la Santa Marina de Zurbarán, y continúa con una serie de capítulos que permiten establecer una sólida historia de los géneros que protagonizaron la pintura española del siglo XIX, con especial atención a la pintura andaluza. El paisaje romántico, representado por las obras de Genaro Pérez Villaamil o Manuel Barrón, evoluciona hacia la pintura costumbrista andaluza de los Domínguez Bécquer o Manuel Cabral Aguado Bejarano.
La atención a las más genuinas costumbres españolas se transforma a lo largo del siglo XIX: el costumbrismo da paso a la pintura preciosista, de la mano de Marià Fortuny, de la misma manera que el género del paisaje se desarrolla desde el romanticismo hacia el realismo. Finalmente, las obras de Darío de Regoyos, Joaquín Sorolla, Hermen Anglada i Camarasa, Francisco Iturrino o Ignacio Zuloaga ejemplifican cómo el arte español de fin de siglo se integra claramente en los circuitos internacionales, constituyendo el colofón del rico y amplio recorrido que dibuja la colección.
Marta y Javier
(Fuente: Página Web oficial, Museo Thyssen de Málaga)