El mes de Mayo es el mes de las flores, el mes de la Virgen.
Ya en Mayo los días son más largos y empieza a sentirse verdaderamente la
primavera, apetece dar un paseo por las tardes, sentarte en una terraza a tomar
algo, salir con amigos, es un mes simpático, pues su temperatura es cálida,
pues ya sabemos que en nuestra tierra (Jaén) en cuanto empieza a hacer calor ya
es insoportable, así que siempre anhelamos un mes de Mayo primaveral para
poderlo disfrutar.
Una de las cosas que más me gustan ver en estos días son los campos de amapolas, qué bonito es ir por la carretera y ver a los margenes todo cubierto de amapolas, aunque este año con tanta lluvia se ven muchas menos, hay más florecitas moradas.
Recuerdo cuando era pequeña que en el colegio donde yo iba celebrábamos este mes llevando todos los días flores a la Virgen y recitándole poemas, era muy bonito, pues todas las niñas nos aprendíamos los poemas y era un reto saberse los más largos.
El primer poema que aprendíamos era:
"Como soy tan pequeñita y tengo tan poquita voz, solo me atrevo a decir ¡Viva la madre de Dios!"
Pero qué difícil era recitar, pues solo teníamos 5 ó 6 años y era decirlo en voz alta delante de todos los asistentes.
Aunque este año hemos tenido una primavera atípica, esperemos
que en este mes nos de tregua y podamos disfrutarlo.
Además en Mayo se celebran muchas fiestas, entre ellas las
de mi pueblo (La Carolina), la feria llamada del ganado antiguamente, pues se
aprovechaba para vender y comprar ganado. Eso se ha perdido pero ahora se hace
una exposición morfológica de ganado selecto y es muy interesante visitar,
además de una feria de día, muy bonita, donde se juntan todos los amigos
alrededor de las casetas y se pasa muy bien.
Mayo también se caracteriza por sus refranes como:
“Hasta el cuarenta de Mayo no te quites el sayo”.
“En Abril y Mayo no dejes en la casa el sayo”.
“Febrero revuelto, Marzo ventoso, Abril lluvioso, hacen a Mayo
florido y hermoso”.
Disfrutemos de este mes, pues antes de que nos demos cuenta tenemos el calor aquí.
La profesora