No sueñes tu vida...vive tu sueño.
Ada Lovelace, cuyo verdadero nombre es Augusta Ada Byron
King, nació un 18 de diciembre de 1815, esto es, a comienzos del siglo XIX. Su
historia, a pesar de corta, es peculiar y significativa. Fue una mujer
adelantada a su tiempo, imbuida por el influjo de las ideas clásicas de la
sociedad victoriana de su tiempo y relegada a un segundo plano por su papel de
mujer, pero que con el paso de los años recibiría un gran reconocimiento por la
gran labor desarrollada en el mundo de la informática.
Ada es la única hija legítima del conocido poeta romántico
Lord George Gordon Byron. Pese a todo, ella jamás conoció a su padre, debido a
que su madre, Annabella (Anna Isabella) Milbanke Byron, y Lord Byron,
decidieron caminar por senderos separados cuando Ada apenas contaba con dos
meses de edad.
Su primer contacto con las máquinas (1833) fue gracias al
conocido Charles Babbage, matemático inglés y científico protoinformático al
que se le otorga la primera idea de concepción de un ordenador, ya que su
máquina analítica funciona con el mismo principio que los ordenadores actuales.
Ada conoció el trabajo de Babbage al acudir a una conferencia de Dionysus
Lardner, quien disertaba en el Instituto de Mecánica sobre la máquina de
Babbage. Ada decidió escribirle una carta a Babbage, comenzando así una eterna
carrera epistolar que culminó con la visita de Ada al taller de Babbage. Ada
contaba con 17 años.
A Lady Lovelace se le otorga el desarrollo de las
instrucciones para hacer cálculos en una versión temprana del ordenador.
Babbage quien encontró el apoyo matemático perfecto en Ada, estaba impresionado
con su talento para las máquinas. Llegó a escribir para él un programa que
permitiría calcular los valores de los números de Bernouilli. Más tarde pasó a
ser su tutor y la consecución lógica de los hechos es que finalmente se
convirtieron en colegas de trabajo. Pese a todo, la labor de Ada siempre quedó
relegada a un segundo plano nombrándola en la mayor parte de las ocasiones como
una mera transcriptora de las ideas de Babbage; nada más lejos de la realidad.
30 años tuvieron que pasar para que se diera a conocer la identidad de los
trabajos de A.A.L y su trabajo comenzase a ser más valorado incluso que el de
Babbage.
Babbage imaginaba una máquina capaz de interactuar con su
operador, dotada de una memoria, una unidad operativa, una perforadora de
tarjetas y una impresora, pero tenía dos puntos débiles: la mecánica y las
tarjetas perforadas. Ada consiguió solventar los errores más serios de su
proyecto y juntos luchaban por darle vida a un proyecto en el que ambos creían.
Publicó en 1843 una serie de documentos interesantes sobre
la máquina de Babbage, su Ingenio Analítico, (los ordenadores actuales tienen
como precedente histórico esta Máquina Analítica, un artefacto mecánico para el
cálculo que, por primera vez, almacenaba en una memoria una serie codificada de
instrucciones, (lo que hoy se entiende por programa) que probablemente habría
sido una realidad (mucho antes) de no haber sido por la temprana muerte de Ada.
Babbage intentó construirla varias veces pero sin éxito. Al final desistió.
Ada se encargó, en 1843, de escribir un artículo que comenzó
como una traducción de unas notas del matemático italiano L.F. Menabrea, donde
describía y analizaba la máquina analítica o máquina de cálculo; incluyó
demostraciones de cómo calcular funciones trigonométricas que contuvieran
variables y publicó también el primer programa con las instrucciones que la
harían funcionar.
Suyos son, además, conceptos como un conjunto de
instrucciones que permiten que otras se repitan en un bucle o subrutina ;
también inventó una notación para describir los algoritmos de la máquina
analítica, esto es, el primer lenguaje de programación. Es por todo ello por lo
que se le reconoce como la primera programadora de la historia, a pesar de que
no todos estén de acuerdo con ello.
Como primera mujer en el mundo de los ordenadores, Lovelace,
la encantadora de números, ocupa un espacio sensible en el cuadro de figuras
históricas y nos recuerda que las mujeres y la informática siempre han
mantenido una estrecha relación desde un principio, desempeñando un rol
decisivo y no una mera presencia testimonial.
Siendo muchas las mujeres que han realizado grandes
aportaciones a la informática solo ADA cuenta con un lenguaje de programación
que lleve su nombre. En 1979 el Departamento de Defensa de los Estados Unidos
creó un lenguaje de programación basado en Pascal en honor de Ada Byron llamado
lenguaje de programación Ada. Fue el primer reconocimiento a su labor, tras su
muerte. Lady Lovelace es la primera programadora de toda la historia, y es sin
duda a ella y a su fecunda capacidad imaginativa que le debemos nuestra era
informática.
La profesora